Como una descorazonante partícula
nadando descorazonada
allá donde la belleza también es la mitad…

¡Pensar en todo el peligro
que representan los flagelos!

Sus misteriosos desdenes,
la viscosa progenie
de esos torpes duendecillos.

Los numerosos caminos ejecutados
conducen a la ignorancia de la trompeta
mientras afuera serrucha mi mentada
tu arco de luna por espalda baja.

Y, después, ¿qué?

Por una colmena
compuesta sólo por zánganos,
muera en otra calidad el esperma.