Video-Espejo

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Hoy es un buen día, brilla el sol en el oriente y el tráfago de la modernidad me proyecta en el pensamiento imágenes retrospectivas, mientras que el flujo y el reflujo del largometraje de las generaciones que paso fotografiando con el lente de mi conciencia se me convierten en un films de hormigas enajenadas que se graban en todo mí rollo hasta ponerme la carne como de ciencia-ficción, en este argentino amanecer del séptimo arte.

Me siento bien y soy feliz por un momento en el bus de las filmaciones, en donde viajo de incógnito y que poco a poco se va llenando de gente que se dirige a su trabajo, yo voy muy contento filmando todo este abigarrado panorama y la dulce sonrisa de una linda Cindirella negra me hace sentir satisfecho con mi spot  comercial.

A mi lado se encuentra un hombre fotogénico que cabizbajo y harapiento va sumergido en su miseria, y que de pronto me interpela diciéndome:— No jodás el desempleo man, es terrible, es como una película de terror, no jodás, te devora, te enajena ¿vos sabés? Por eso me ves así como el protagonista de crimen castigo ¿me entendés?

—Fíjate -me continuó diciendo- Yo tenía mi casa, mis cosas, mi profesión y todo, y ahora yo y mi familia vivimos en la calle, y de la calle no jodás, ¿vos sabés?, yo lo quedé viendo fijamente a sus familiares ojos con mis focos de aumento, le hice un close up, y en un santiamén descubrí al típico personaje genial y deplorable que había sido victima de la fatalidad de esta película. E ineluctablemente pude filmar a Dios en aquella diáfana mirada que me sonrió por no saber actuar.

De inmediato una gran cuita invadió todo mi ser y muy consternado pensé: El sigiloso fantasma del desempleo sobrevuela de nuevo en el globalizado arte de la existencia, y como una plaga de Egipto o un efecto especial de la Warner Bros va carcomiendo los hogares de millones de actores de esta peliculita¨.No jodás ¿vos sabés? ¡Sálvanos señor que nos hundimos con todo y cámara!—Terminé gritando en mis adentros no jodás, sin encontrar respuesta alguna a mi resaca de inicio de año.

Al pasar filmando por la Rotonda Rubén Darío me dispuse  a bajar del desjarretado gusano de metal, no sin antes dejarle a dios un puñado de monedas de oro por su trágica actuación y también para ayudarle a paliar un poco su mal pagada vida de Creador artístico. Él, muy agradecido me dijo ¨gracias brother por acordarte de mi.¨ Al instante comencé abrirme pasó entre el tumulto de actores y actrices que van de pie y pegados como sardinas enlatadas entre luces y cámaras ¿Vos sabés?, hasta que al fin, en la parada del Colegio Teresiano, logré bajarme pegado al culo de una sirena que me miró con desdén y lujuria, no jodás ¿vos sabés?.

Afuera corría un gélido viento navideño y se me congeló el video-alma del espejo, pero me sentí emancipado con mis filmaciones perdidas y de repente en una vasca seca y amarilla, miré a la muerte blanca no jodás, y tomé conciencia cierta y plena  de que El Raskolnikov, que viajaba sentado en la oruga colectiva de esa mañana junto al enajenado escritor de la prensa literaria de este sketch era yo no jodás, ¿vos sabés?